Los sistemas de climatización por suelo radiante se caracterizan por una red de tuberías de polietileno reticulado o polibutileno que quedan instaladas debajo del pavimento cubiertas por una capa de mortero. Al hacer circular el agua caliente o fría por el circuito, se consigue climatizar las estancias deseadas. El calor producido por suelo radiante genera una sensación de confort superior a otros sistemas porque se consigue una mayor temperatura en la zona de los pies que en la parte superior del cuerpo.
Ventajas de la climatización por suelo
Este tipo de suelo se caracteriza por tener un alto rendimiento, en cuanto a que la cantidad de energía necesaria para su calentamiento o enfriamiento va en concordancia con la potencia empleada. Además, el consumo es realmente bajo. De hecho, los circuitos funcionan con temperaturas de entre 30 y 45 grados, diferenciándose de los sistemas tradicionales que funcionaban con temperaturas de 80 y 85 grados.
De este modo, al trabajar con temperaturas más bajas también conseguimos un gran ahorro si se combina el suelo radiante con otros sistemas que generan calor como la aerotermia, la geotermia o utilizando calderas de baja temperatura, la condensación o la energía solar térmica. Además, se gana mucho espacio porque los elementos calefactores desaparecen de las paredes, y se puede usar tanto como calefacción como climatizador.
Inconvenientes de la climatización
Sin embargo, esta instalación también cuenta con una serie de inconvenientes que el cliente debería saber, como el precio del suelo radiante, cuya instalación requiere una inversión económica importante. Hablamos de unos 7.000 euros para una extensión de 100 metros cuadrados. Igualmente, la instalación debe ser llevada a cabo por especialistas con un gran conocimiento técnico por su gran complejidad.
En definitiva, el sistema de climatización por suelo radiante requiere una fuerte inversión, pero después es un elemento realmente cómodo para la vivienda.